El Libro de las Sombras | Otros Secretos | Las Pruebas del Arte Mágico

Aprende la lección del espíritu que va cargado de deshonor, pues este es el espíritu que detiene los hombros y no el peso. La armadura es pesada, pero es una noble carga y los hombres en ella se mantienen derechos. Contener y limitar un sentido sirve para acrecentar la concentración de otro.
Cerrar los párpados ayuda a oír. De igual modo atar las manos del iniciado acrecienta las percepciones mentales, mientras que el látigo aumenta la visión interna.
Así la iniciada atraviesa valientemente, como una princesa, sabiendo que aquello sirve para aumentar su gloria. Aún así esto no es posible sin la ayuda de otra inteligencia y sin confinarse dentro de un círculo para evitar la disipación del poder generado. Los sacerdotes intentan hacer lo mismo con sus flagelaciones y mortificaciones de la carne. Pero sin la ayuda de las ataduras y con su atención desviada hacia la flagelación en ella misma, ellos disipan rápidamente el poder que generan. No es sorprendente que fracasen a menudo ya que normalmente no trabajan en el interior de un círculo. Los monjes y eremitas lo hacen mejor ya que operan en el interior de minúsculas celdas o grutas que actúan un poco como los círculos.